Elon Musk, en conjunto con el CEO de T-Mobile Mike Sievert, anunció un servicio que no está implementado, no se ha probado experimentalmente, para el que no cuentan con autorización regulatoria, en base a satélites que no se han construído y que para ponerse en órbita necesitan un cohete que aún vuela. Se trata de la prestación de servicio directo a smartphones desde la constelación V2 de Starlink.
La mensajería satelital directa con celulares tradicionales, demostrada previamente por la empresa Lynk y que también es el corazón de un emprendimiento llamado AST, pretende usa frecuencias compatibles con equipos comunes y corrientes, alterando los protocolos de comunicación celular terrestre para que el equipo terminal crea que está conectando con una radiobase cualquiera, aunque la radiobase está en un satélite que va pasando a cientos de kilómetros y moviéndose a miles de kilómetros por hora.
El anuncio se produce a semanas que del lanzamiento de nuevos smartphones de Apple, que de acuerdo a rumores (otra vez) podrían contar con comunicación satelital.
Tal como comentábamos hace un tiempo cuando corrieron rumores similares, creemos que se trataría de un servicio de mensajería, similar a lo que hoy se entrega a través de productos como el Globalstar Spot o Iridium Garmin / InReach, facilitando texto bidireccional de emergencia en zonas donde no existen otros medios de comunicación.
Técnicamente, es muy difícil que el tamaño de las celdas provistas desde el espacio y los protocolos actuales den para algo más que mensajería. Además, debido a las escalas involucradas, el espectro que una empresa celular tendría que despejar es importante (posiblemente 5 a 10 MHz) y esto presenta restricciones para casos distintos a T-Mobile (países más pequeños, empresas con menos espectro contíguo).
A diferencia de SpaceX y T-Mobile, Apple no tendría que esperar el diseño, prueba, lanzamiento y puesta en órbita de nuevos satélites, pues se rumorea que Apple adquirió Globalstar o al menos posee un acuerdo de servicio para utilizar sus 31 satélites operativos, permitiendo que con esperas máximas de 5 minutos los usuarios de nuevos dispositivos puedan enviar mensajes de texto desde lugares sin cobertura celular terrestre.
En contraste, la compañía de Musk para lograr algo similar todavía tiene que crear una nueva capa de infraestructura satelital, y las estimaciones optimistas de Musk vaticinan levantar suficientes satélites para un servicio inicial con esperas máximas de media hora, en Estados Unidos, durante 2023.
Ni lo de Apple (hasta 5 minutos de espera) ni lo de SpaceX (inicialmente hasta 30) serán adecuados para emergencias en terreno, comando y control de sistemas críticos y cualquier contexto en que la sobreviviencia de personas o infraestructura están en juego, por ello anuncios como estos no hacen entrar en pánico a Iridium, cuya constelación cubre todo el planeta sin necesidad de estaciones cercanas en tierra, ni a Inmarsat con su ofrecimiento de 99.95% de disponibilidad, algo que incluso tras un año de operación comercial Starlink no puede entregar.
Por otra parte, fuentes de la industria atisban problemas con la sustentabilidad financiera del proyecto Starlink. El servicio satelital, diseñado especialmente para uso fijo en hogares rurales, no ha crecido a la velcoidad suficiente y bajó algunos de sus precios ayer. Al parecer necesita urgente incrementar la cantidad de clientes para financiar la constelación.
Eso sí, el anuncio conjunto de T-Mobile y SpaceX apunta a que la demanda por servicios satelitalaes móviles existe, y que de una manera u otra la conectividad personal se irá haciendo más ubícua de la mano de servicios no-terrestres durante los años que vienen.
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