Inmarsat ha tomado contacto y control de su satélite comercial más avanzado. El I-6 F1, que se lanzó el 22 de diciembre desde Japón, ha comenzado el proceso de elevación de órbita mediante su sistema de propulsión eléctrica.
En Nochebuena, se completó el encendido de su propulsor de apogeo y el despliegue de su arreglo de paneles solares. Días después, el reflector de banda L de nueve metros de ancho también se ha desplegado sin problemas, indicó la compañía.
Una vez que el I-6 F1 llegue a su posición final en el arco geoestacionario, a unos 36 mil km de la superfice terrestre, entrará en una extensa fase de pruebas. Con el apoyo de estaciones terrestres en Perth y Merredin en Australia occidental, se espera que el I-6 F1 entre en servicio a principios de 2023, año durante el cual se le uniría un satélite gemelo en otro punto del arco geoestacionario.
El I-6 es el primer satélite híbrido de banda L y Ka de Inmarsat, y el F1 es el número uno de siete nuevos satélites que Inmarsat planea color en órbita antes de termninar 2024, según Joanna Bailey. El I-6 F2 ya está construido y se está sometiendo a pruebas en tierra antes de su lanzamiento a principios de 2023.
Para las aerolíneas y otros clientes de Inmarsat, la mayor capacidad y los avances tecnológicos que ofrecen los I-6 prometen una experiencia de usuario final muy mejorada. Adicionalmente, estos satélites de nueva tecnología son la columna vertebral de los servicios de banda L Elera, la evolución de BGAN y GSPS, dirigido en especial a prestar servicios en el ámbito de la "Internet de las cosas".
Más información en Inmarsat.
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