Starship, el cohete de mayor tamaño que ha intentado SpaceX hasta ahora, está siendo elaborado en la localidad de Boca Chica, Texas. Su importancia es clave porque de él dependen varios proyectos emblemáticos de Musk, incluyendo el viaje tripulado a la Luna y Marte.
En particular y lo que nos compete: el cohete es un factor crítico dada la necesidad de expandir la constelación de satélites que hacen posible el servicio de Internet satelital operado por SpaceX, puesto que la gran capacidad de carga de Starship permitiría la puesta en órbita de muchos nuevos satélites a la vez, fundamental para mantener costos bajos y lograr eventualmente algún retorno sobre el gigantesco gasto que representa Starlink.
Aparentemente, la compañía está enfrentando dificultades en la producción de los motores Raptor, y el problema reviste tal urgencia que Elon Musk suspendió sus vacaciones del Día de Acción de Gracias, detalle que el ejecutivo también revela en la carta, donde pide a trabajadores de forma bastante imperativa que también se mantengan presentes en sus lugares de trabajo.
En la misiva resalta un punto interesante: Musk confidencia que la constelación Starlink actual (V1) es débil en términos financieros, mientras que los nuevos satélites de generación V2 permitirían una operación más sustentable económicamente, pero requieren de Starship para ponerse en órbita. Luego agrega que la fabricación de terminales Starlink se incrementa a varios millones por año, y que esa inversión se estancaría sin V2 ya que serían "inútiles" sin satélites nuevos.
La constelación actual, compuesta de satélites más pequeños y mayoritariamente sin enlaces entre ellos, tiene una capacidad limitada de usuarios simultáneos a los que puede prestar servicio, y además no puede entregar conectividad en zonas oceánicas o polares, debido a las órbitas escogidas y la necesidad de estaciones cercanas en tierra.
La desesperación de SpaceX por generar ingresos a través de Starlink es tal, que la compañía comenzó a hacer preventa de reservas en India sin contar todavía con las estaciones en tierra ni los permisos de las autoridades de dicho país, que tuvieron que pedir a la empresa que desista.
Quizás los términos en que se ha expresado Musk, en el e-mail destinado a sus trabajadores, sean un poco exagerados. Así y todo, la idea de que SpaceX y en particular su proyecto Starlink pueden ser financieramente insustentables no es nueva. El costo de la constelación es gigantesco, los terminales se venden fuertemente subvencionados y debido a lo baja de sus órbitas los satélites deben comenzar a ser repuestos relativamente pronto. Además es posible que algunos puedan requerir reemplazo más pronto de lo previsto gracias a Rusia.
Esto puede ser un llamado de atención para contextos de misión crítica, donde la conectividad no es opcional, y que estén considerando usar Starlink en vez de otros proveedores de Internet satelital. Recordando lo que ocurrió con la primera versión de Iridium, la quiebra y apagado de constelaciones satelitales no es imposible.
Quizás los términos en que se ha expresado Musk, en el e-mail destinado a sus trabajadores, sean un poco exagerados. Así y todo, la idea de que SpaceX y en particular su proyecto Starlink pueden ser financieramente insustentables no es nueva. El costo de la constelación es gigantesco, los terminales se venden fuertemente subvencionados y debido a lo baja de sus órbitas los satélites deben comenzar a ser repuestos relativamente pronto. Además es posible que algunos puedan requerir reemplazo más pronto de lo previsto gracias a Rusia.
Esto puede ser un llamado de atención para contextos de misión crítica, donde la conectividad no es opcional, y que estén considerando usar Starlink en vez de otros proveedores de Internet satelital. Recordando lo que ocurrió con la primera versión de Iridium, la quiebra y apagado de constelaciones satelitales no es imposible.
Fuente adicional: The Verge.
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