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  • OneWeb suma apoyo de Hughes e Intelsat y contrata a Arianespace

    Greg Wyler y su compañía OneWeb revelaron esta semana una masiva ronda de financiamiento para su proyecto de Internet satelital, que pretende estar operando en 2019 con unos 700 satélites.

    En enero se dió a conocer el proyecto con el apoyo de Qualcomm y Virgin Group, aunque sin números claros. Ahora se han sumado al proyecto Coca-Cola, Bharti Enterprises, Grupo Salinas, Intelsat y Totalplay, con una inversión que suma unos US$500 millones, la mitad de lo conseguido por el proyecto similar liderado por Elon Musk que cuenta con el apoyo de Google.

    Pero lo más importante puede no estar en los números. Además del dinero, es clave para un proyecto de esta naturaleza contar con socios tecnológicos, y en dicho frente la presencia de Airbus, Arianespace e Intelsat puede ser clave:

    Arianespace se suma para proveer, con ayuda de la agencia rusa Roscosmos, 21 lanzamientos desde el 2017 al 2019, con la opción de vuelos adicionales, mientras que Virgin Galactic se haría cargo de 39 lanzamientos a bordo de LauncherOne, todavía en etapa experimental.

    Intelsat, además de poner dinero en el proyecto, pretende establecer una relación complementaria entre su constelación y la de Wyler. El jefe técnico de Intelsat ha expresado en una columna la posibilidad de complementar satélites geoestacionarios con satélites de órbita baja, permitiendo a OneWeb ofrecer mejor servicio en zonas ecuatoriales gracias a Intelsat y a Intelsat entregar servicio en zonas polares gracias a OneWeb. Esto presentará desafíos no solo técnicos, también regulatorios, pues las tecnologías y licencias de espectro para estas dos modalidades de comunicación son muy diferentes.

    Hughes también inyecta recursos en el proyecto, a través de su propietaria EchoStar, pero asimismo aportará como protagonista de la fabricación de terminales terrestres y estaciones terrenas, y también habla en su comunicado de complementar con OneWeb su red Jupiter, que opera en base a satélites geoestacionarios, similar al caso de Intelsat.

    Por su parte Airbus ya había anunciado un poco antes que pretende hacerse cargo de la construcción de la constelación satelital, 10 veces más grande que la mayor constelación actualmente en operaciones.

    En definitiva, buenas noticias para el proyecto OneWeb, aunque todavía presenta muchas incógnitas. Similarmente a lo que ocurre hasta el momento con el proyecto similar de Elon Musk, el dinero comprometido como inversión es solo una pequeña fracción del gigantesco costo total. La industria todavía no olvida que Motorola quebró con su proyecto Iridium, de solo 66 satélites activos, que hoy opera principalmente gracias a la demanda del Gobierno de EEUU como cliente principal desde el 2001.

    ¿Quién será ese cliente principal que asegurará financiamiento de OneWeb? ¿Hay suficiente demanda en las zonas que hoy no cuentan con banda ancha como pagar los costos de un proyecto satelital gigantesco? Estas y otras preguntas más técnicas deben ser contestadas por Wyler y sus socios antes que este proyecto pueda levantarse del suelo, literalmente.