Noticias del mundo satelital y espacial,
con énfasis en 🅼🆂🆂.

  • Shirobokov & Pospekhov: el clima solar requiere nuestra atención


    Nos encontramos en medio del Ciclo Solar 25, que comenzó en 2019 y durará aproximadamente hasta 2030, pasando por altibajos cíclicos de erupciones solares, eyecciones de masa coronal y tormentas solares que alcanzarán su punto máximo este año o el próximo, lo cual convierte este de tiempo en un momento crucial para invertir en capacidades de monitoreo del clima solar y mitigación de sus potenciales efectos.

    Las erupciones solares y tormentas geomagnéticas tienen un impacto significativo en la vida de todos. Pueden provocar fallos en el funcionamiento de satélites que son cruciales para el mantenimiento de los sistemas de comunicaciones y navegación en la Tierra. También pueden dañar redes eléctricas y provocar apagones masivos. Los ciclos solares activos aumentan la frecuencia y la intensidad de las erupciones solares y suponen un peligro para toda la tecnología y los servicios afectados por la meteorología espacial. Estas alteraciones a infraestructura crítica pueden resultar muy costosas para la economía. Los cortes de energía causados por la actividad solar cuestan decenas de miles de millones de dólares cada año. El posible impacto económico mundial de fenómenos meteorológicos espaciales, como una tormenta geomagnética grave, es significativo y podría provocar pérdidas por un total mayor a 38 mil millones de euros (41 mil millones de dólares) al día.


    En marzo de 1989, cuando aún no se disponía de métodos modernos para la predicción del clima espacial, una poderosa tormenta geomagnética causada por una erupción solar provocó perturbaciones tecnológicas a gran escala y cortes en la red eléctrica canadiense. Millones de residentes y empresas de la provincia de Quebec estuvieron sin electricidad durante nueve horas. Otra erupción solar en agosto del mismo año provocó que la Bolsa Financiera de Toronto se detuviera durante tres horas.


    La falta de información sobre la meteorología espacial también puede provocar daños importantes a satélites y otros sistemas espaciales. Por ejemplo, una tormenta geomagnética en febrero de 2022 interfirió con un lanzamiento de Starlink, lo que provocó que la empresa perdiera 38 de 49 satélites. Starlink confiaba en modelos empíricos para predecir las condiciones atmosféricas, pero estos modelos no tenían datos suficientes y no lograron hacer una estimación precisa del aumento de la densidad atmosférica durante una tormenta. Esto provocó una resistencia atmosférica mayor de lo esperado y provocó un mal funcionamiento de los satélites.


    Estos eventos resaltan la necesidad de desarrollar sistemas eficientes que puedan proporcionar datos precisos y relevantes sobre el clima solar. A diferencia del clima terrestre, el clima espacial es un fenómeno global que impacta a todo el planeta. Por lo tanto, una previsión de alta calidad requiere la recopilación y el análisis de datos de todo el mundo, lo que sólo puede lograrse mediante un enfoque global y una cooperación internacional integral. 


    Texto completo en Space News.