La prueba se realizó utilizando el satélite Inmarsat-5 F1 a 62 grados Este. La ESA de Gilat se conectó automáticamente a la red GX y demostró ser capaz de asegurar la comunicación bidireccional en tiempo real tanto en modo de posicionamiento fijo como en modo dinámico.
Esta demostración implicó el direccionamiento electrónico de energía radioeléctica con elevación y ángulos de inclinación cambiantes. Se mantuvo la conectividad mientras se gestionaba el umbral de densidad espectral de potencia (PSD), para minimizar la interferencia con satélites vecinos.
Se considera que las ESA, de las cuales ya hemos hablado antes, son la respuesta a los desafíos de conectividad a bordo del futuro, ya que un número cada vez mayor de constelaciones de satélites MEO y LEO entran en línea, muchas de ellas en banda Ka. Con otra prueba exitosa, Gilat demuestra que su solución está lista para satisfacer las necesidades de las aerolíneas comerciales y sus pasajeros, permitiendo acceso útiles a satélites lejanos, en órbita geosteacionaria, donde el desafío acerca la tecnología a los límites de la física.
La misma tecnología puede escalarse para ser utilizada en busques, vehículos terrestres e incluso eventualmente en equipos móviles, cuya operación gracias al apunte electrónica, además de ser más sencilla y rápida de poner en marcha, permite que un terminal pueda trabajar en forma paralela con varios satélites o cambiando instantáneamente entre ellos.
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