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  • Explosión tras primer lanzamiento de "Starlink chino" deja cientos de residuos en órbita

    Un lanzamiento chino para desplegar un primer lote de satélites de comunicaciones ha creado escombros que podrían amenazar a las naves espaciales en la órbita terrestre baja.

    El 6 de agosto se lanzó desde el espaciopuerto de Taiyuan el primer grupo de 18 satélites que formarían parte de la primera megaconstelación china al estilo Starlink conocida como G60 o Thousand Sails... o al menos ese era el plan. Las cosas no salieron del todo bien, el cohete explotó tras liberar su carga, lo cual resultó en la generación de centenares de piezas de residuo en alturas similares a las de los satélites.

    Serían los primeros de una megaconstelación planificada de más de 14 mil satélites de comunicaciones en órbita terrestre baja (LEO). Sin embargo, la misión parece haber creado una cadena de escombros a lo largo de su trayectoria orbital, según las observaciones de Slingshot Aerospace, una empresa de seguimiento espacial y análisis de datos.

    Esta situación ha sido confirmada por el Comando Espacial de Estados Unidos y por LeoLabs, empresa dedicada al seguimiento de residuos en órbita.

    Los desechos espaciales a estas altitudes, donde hay muy poca resistencia atmosférica, pueden permanecer en órbita durante décadas o más, dependiendo del tamaño y la densidad de los desechos y otras variables. Cualquier impacto con una nave espacial podría causar graves daños y generar más desechos, que probablemente viajarían a más de 7 kilómetros por segundo, o 27 mil kilómetros por hora.

    Este fue un comienzo preocupante para la constelación Thousand Sails, según Slingshot Aerospace, una empresa con sede en California dedicada a promover la conciencia y la sostenibilidad del dominio espacial.

    No es la primera vez que una etapa superior del Long March 6A (que pesa alrededor de 6 toneladas sin combustible) genera una nube de escombros en órbita. Uno de los cuerpos del cohete se desintegró el 12 de noviembre de 2022, poco después de desplegar el satélite meteorológico Yunhai-3, según expertos en escombros de la NASA.

    Una pena, porque sería sano que Starlink tenga competencia y el proyecto G60/Qianfan es bastante atractivo. Se trata de un diseño de constelación multiórbita, multicapa y de banda completa que incluye tres generaciones de sistemas satelitales. Estos primeros satélites pesan 300 kg y utilizan un sistema de propulsión eléctrica Hall alimentado por criptón.

    De momento no sabemos si estos primeros satélites han sido dañados por los escombros o si podrán entrar en operación.

    Fuentes principales: Space News, Space.com y LeoLabs.