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  • El primer satélite de comunicaciones 100% eléctrico inicia sus operaciones

    Esta es otra de esas noticas que no tienen relación directa con gadgets móviles ni servicios satelitales directamente, pero que son interesantes porque inciden en la estructura de costos de aquellos servicios que tanto nos gustan.

    Para que nuestro localizador satelital DeLorme, nuestro teléfono satelital Iridium o Isatphone o nuestro terminal de Internet satelital Inmarsat BGAN o GX funcionen, tienen que estar los satélites allá arriba prestando el servicio, y una de las tecnologías más importantes que permite que los satélites lleguen a su posición correcta y se mantengan allí es la propulsión.

    Consecuéntemente, un cambio a una tecnología de propulsión más barata reduce el costo de subir y mantener los satélites, lo cual a su vez incide en el costo final del servicio, y no poco.

    La propulsión tradicional es predominantemente una reacción química sencilla, y en esencia es igual desde que Wernher von Braun jugaba con fuegos artificiales en las calles de Berlin en la década de 1920.

    La propulsión "eléctrica" o más precisamente iónica es diferente en que usa un gas inerte como xenon impulsado a través de un campo electromagnético. El combustible no se "quema", simplemente se trata de una masa desplazada mediante energía eléctrica, para lo cual se necesitan volúmenes muy pequeños de material.

    El motor iónico es mucho más eficiente que quemar combustible, unas 10 veces más según Boeing, fabricante del satélite en cuestión, que va a requerir unos 5kg de xenon por año para mantener la posición geoestacionaria. Además de que hay ahorro por la poca masa del xenon, el motor mismo también es más liviano, y eso permite que el lanzamiento sea más eficiente también, pudiéndose lanzar dos satélites "eléctricos" por el costo de lanzar un solo satélite "químico"... ahorro por todos lados.

    Pero no todo es color de rosa y cada ahorro tiene su costo. En este caso, se trata del empuje, que es extremadamente suave. Debido a esto, el satélite eléctrico demora mucho más que un satélite químico en moverse, entonces los lanzamientos de este tipo de satélites demoran un poco más en la puesta en marcha inicial.

    Así y todo, el 702SP fabricado por Boeing para la compañía ABS de Bermuda llegó a su destino orbital un mes antes de lo previsto. El satélite llamado ABS-3A fue lanzado por SpaceX sobre un Falcon 9 el 1 de marzo, junto a otro satélite similar por encargo de Eutelsat.

    Más detalles en Gizmag y Extreme Tech.