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  • Una nueva posibilidad de propulsion: el efecto Woodward

    Uno de los elementos críticos de la tecnología que hace posible llevar un satélite (o un ser humano) al espacio sideral es la propulsión. Esta interesante posibilidad, que parece sacada de una novela de ciencia ficción, podría abaratar enormemente la industria espacial.

    Todos sabemos que para cada acción hay una reacción, y entendemos que de esta manera se impulsan los cohetes: emitiendo masa en una dirección el objeto que queremos mover se mueve en la otra. Pues bien, en una línea poco convencional de la física, existe la noción de que esto se puede alteral porque la masa, esa magnitud que normalmente asumimos como fija, puede variar. Según el físico Ernst Mach (1838-1916), la masa no es un valor absoluto dependiente de si mismo, es más bien una relación con otros objetos en el universo.

    James Woodward, que estudió física pero dedicó su carrera a la historia de la ciencia, ha estado por años trabajano en una idea: si la masa no es un valor absoluto, ello implicaría la posibilidad de modular la masa, con lo cual un objeto podría desplazarse sin necesidad de expulsar materia.

    El científico logró diseñar un experimento que prueba este principio: un conjunto de transductores piezoeléctrico y discos de metal son sometidos a impulsos eléctricos que los hacen vibrar, mientras se genera en un condensador eléctrico físicamente acoplado a ellos un minúsculo cambio de masa. La combinación de los dos efectos genera un desplazamiento espacial, también minúsculo pero medible. Luego Woodward descubrió que los transductores piezoeléctricos podían en si mismos reemplazar el condensador, y el dispositovo pudo ser simplificado.

    El pasó siguiente, para el cual Woodward cuenta con la ayuda de la doctor en física Heidi Fearn, es generar ahora una versión mucho más grande del experimento, que pueda demostrar la propulsión en una escala más útil y evidente. En paralelo, Fearn ha estado comprobando el modelo matemático de Woodward y hasta ahora no ha encontrado fallas teóricas.

    Lo más curioso de esta historia es que el invento que podría terminar revolucionando la industria espacial ha sido un hobby del profesor Woodward, quien ha llevado adelante el asunto en su tiempo libre, dedicándole recursos de su bolsillo y aprovechando espacio sobrante en su oficina. Muy interesante en el mundo de la hiper especialización, presupuestos millonarios de investigación y equipos multidisciplinarios. Si Woodward y Fearn tienen éxito, se tratará de la primera vez en mucho tiempo en que un invento en tan pequeña escala genera cambios tecnológicos tan grandes.

    En este video Woodward lo explica en sus propias palabras:



    Fuentes: Boing BoingWikipedia y Ancient Aliens: Aliens and Stargates.