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  • Pruebas en Tierra y antenas de misión señalan avances de proyecto Iridium Next

    Iridium avanza de acuerdo al itinerario previsto en la reposición de su constelación satelital. A mediados de julio anunció pruebas exitosas de llamadas mediante Next y a fines del mismo mes señaló que se han completado las antenas de los satélites.

    Utilizando uno de sus teléfonos móviles satelitales, Iridium ha completado la primera llamada punto-a-punto usando hardware de Next. La llamada fue el primer paso en la validación de la capacidad de servicio del sistema nuevo, cuyos satélites comenzarán a ser lanzados en aproximadamente un año.

    La llamada fue ruteada sobre componentes de la nueva constelación, simulando la conexión a un satélite Next. Luego de pasar a través de estos componentes de hardware, la conexión siguió su camino a través de la red terrestre actualizada y conectó con la red conmutada telefónica tradicional (conocida como PSTN o Public Switched Telephone Network).

    El experimento entregó una validación inicial de su hardware en banda L y el software que Iridium usará para operar la nueva constelación.

    A fines de julio la compañía además anunció haber completado la fabricación de las antenas principales de misión para los nuevos satélites. Las antenas, diseñada por Thales Alenia Space en base a componentes fabricados por terceros en EEUU y Europa, son una parte fundamental de cada satélite, su rendimiento es crítico para la constelación.

    Cada antena consta de 168 módulos de transmisión y recepción, una unidad de control y una red de creación de haces. Las 81 antenas están en cada satélite, incluyendo los respaldos.

    Similarmente a la constelación actual, Iridium Next usará 66 satélites operativos y 6 respaldos en órbita además de 9 respaldos en Tierra listos para ser lanzados en caso necesario.

    El lanzamiento de los 72 satélites comenzará en 2015 y la constelación nueva debería estar totalmente operativa para el 2017. Next será interoperable con los terminales actuales, de manera que los satélites nuevos podrán reemplazar en caso de fallas a los de la constelación actual, que ya lleva funcionando más allá del tiempo para el cual fue diseñada.