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  • Otro vuelo de Starship termina en fuegos artificiales no-deseados

    Una buena y una mala. La buena noticia es que le mega nave espacial de Musk llegó al espacio. La mala: el propulsor explotó.

    SpaceX llevó a cabo la segunda prueba de vuelo orbital del cohete súper pesado el sábado por la mañana desde Starbase. Starship y el propulsor Super Heavy despegaron exitosamente justo después de las 8 am Hora del Este de Estados Unidos. El nuevo sistema de diluvio de agua se activó y la plataforma esta vez pareció permaner intacta durante el lanzamiento.

    A diferencia de la vez anterior en abril, los 33 motores Raptor se encendieron y permanecieron encendidos durante todo el vuelo, enviando el cohete en una trayectoria inicial hacia el espacio. El sistema superó Max Q, que es el momento en que las fuerzas sobre el cohete son mayores.

    "Simplemente hermoso", dijo John Insprucker, ingeniero de SpaceX y comentarista de lanzamientos en vivo, en el webcast de SpaceX.

    Este vuelo probó una nueva técnica de puesta en escena en caliente, encendiendo los motores de la segunda etapa antes de la separación de etapas. Starship se separó con éxito de Super Heavy, pero en lugar de regresar a la Tierra para aterrizar como estaba planeado, el propulsor explotó (o, en terminología de control de misión SpaceX, experimentó un “desmontaje rápido no programado”).

    Starship continuó su trayectoria nominal durante unos minutos con todos sus motores encendidos. En la transmisión, SpaceX informó luego que había perdido contacto con la segunda etapa. El sistema automatizado de terminación de vuelos se activó sobre el Golfo de México, destruyendo la nave espacial para mitigar el impacto de su caída.

    En resumen, SpaceX no logró el objetivo final del lanzamiento de prueba: un viaje parcial alrededor del mundo que terminaría con un amerizaje en el Océano Pacífico.

    Fuentes principales: Payload y NY Times.