La cumbre de ministros de las 22 naciones que integran la Agencia Espacial Europea (ESA) celebrada el 1 y 2 de diciembre en Lucerna (Suiza) se ha saldado con el acuerdo de aportar 10.300 millones de euros para financiar programas espaciales hasta 2024.
Por parte española, el ministro De Guindos ha comprometido aumentar la contribución anual a la ESA de 152 a 202 millones de euros a partir de 2018, e incrementar la inversión en los programas opcionales en 399,16 millones, lo que supone un aumento total de 600 millones y situarse como quinto inversor de la Agencia, con un total de 1.512,3 millones.
Entre las medidas adoptadas por los responsables del viejo continente en materia espacial se encuentra la de ampliar hasta 2024 ─l igual que Estados Unidos y Rusia─ la presencia europea en la Estación Espacial Internacional, en la que participa con un 8,3% de su financiación global. Para ello, la ESA ha reservado 960 millones de euros, de los que 153 millones se dedicarán a experimentos a bordo del laboratorio europeo Columbus.
Y, por fin, se ha llegado al acuerdo de dotar a la misión euro-rusa ExoMars 2020 de la financiación necesaria ─estimada en 440 millones─ para terminar el desarrollo del complejo y avanzado vehículo todo terreno, que será enviado a principios de la próxima década a Marte para rodar y perforar la superficie del planeta a la búsqueda de rastros de vida.
Por lo que respecta al capítulo obligatorio de aportaciones, que son los proyectos de ciencia, investigación y desarrollo que todos los países de la Agencia tienen el compromiso de contribuir en función de su PIB nacional, la ESA ha destinado 3.813 millones de euros hasta el año 2021.
En el marco de los programas opcionales, aquellos que las naciones financian de forma voluntaria en las cantidades que consideran convenientes, para misiones de observación de la Tierra se dedican 1.370 millones de euros y otros 1.280 a programas de telecomunicaciones, en ambos casos hasta el año 2024. El Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) ha confirmado que las asignaciones españolas son de 143,96 millones y 70,34 millones, respectivamente, lo que supone un salto cualitativo y cuantitativo para las expectativas de la industria nacional, como es el caso de RYMSA, Mier Comunicaciones, IberEspacio y Thales Alenia Space España.
Los ministros también han decidido asignar 1.452 millones a la exploración robótica del espacio, mientras que para la mejora de lanzadores y sus infraestructuras terrenas se aportan 1.611, en ambos casos hasta 2021. Por parte española, y siempre según fuentes del CDTI, se contribuye con 40,38 y 58,54 millones, respectivamente. Empresas como GMV, Elecnor Deimos Space, SENER, GTD, CRISA y CASA Espacio ─las dos últimas integradas en Airbus Defence & Space en España─ se encuentran entre las más favorecidas.
Los acuerdos europeos se completan con 445 millones para proyectos de tecnología avanzada, en donde España aporta 16,20 millones. LA ESA asigna otros 95 millones son para dotar a la iniciativa de seguridad espacial, ─con una financiación española de 63,74 millones, ya que la industria nacional es fuerte en este campo, en particular Indra─ y 69 millones de euros para proyectos de navegación, con una inversión española de 6 millones.
En la reunión ministerial de Suiza se puede afirmar que España ha logrado salir del pelotón de cola de la ESA, una situación coyuntural que tuvo su causa en la sería crisis económica por la que atravesaba el país. Su consecuencia en el campo espacial fue reducir de forma alarmante los compromisos económicos en los programas más importantes adquiridos la reunión ministerial de 2012, bajando la aportación española hasta los 80 millones de euros, inferior a la de Rumania.
El descenso de las inversiones españolas en 2012 fue paliado parcialmente en el consejo ministerial de 2014 celebrado en Luxemburgo. En Benelux, las inversiones se elevaron hasta los 340 millones. Pero no ha sido hasta hace unos días cuando España ha vuelto a posicionarse en el pelotón de cabeza de la Agencia europea, al incrementar en 600 millones el techo de gasto rubricado hace dos años en la capital luxemburguesa.
Fuente: Flynews.
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