La imagen, por NASA Earth Observatory, muestra una animación (no a escala) con los distintos puntos Lagrange.
El Punto Lagrange L1 se ubica a más de 1 millon y medio de kilómetros de la Tierra, y su gracia es que en ese lugar la fuerza gravitatoria del Sol y la Tierra se igualan en vectores contrarios, de manera que un satélite ubicado allí continuará allí, siguiendo la órbita terrestre y viendo siempre la cara de la Tierra que está iluminada por el Sol.
El deseo de Gore era contar con esta imagen en tiempo real, para sensibilizar a la humanidad respecto del delicado equilibrio ambiental terrestre. El destacado político es un creyente en la hipótesis de que el calentamiento global es causado por el hombre y ha convertido su vida en una campaña contra las emisiones de carbono, las cuales son responsables de una proporción significativa del efecto invernadero, un proceso mediante el cual la atmósfera devuelve a la Tierra energía, manteniendo estable su temperatura.
Sin el efecto invernadero la vida como la conocemos no podría existir en nuestro planeta, pero si el efecto se incrementa la temperatura de la Tierra puede aumentar y perjudicar la misma vida que hoy hace posible, incluyendo la nuestra.
Más que un sueño ecologista
Independiente del anhelo de Gore, NASA recogió la idea y propuso que un satélite ubicado en tal posición podía servir para observar el Sol, detectar con anticipación sus emisiones electromagnéticas y estudiar el viento solar lanzado en dirección a nosotros.
Paralelamente el NIST (National Institute of Standards o Instituto Nacional de Estándares) concibió que la observación terrestre desde dicha posición permitiría medir cuánta radiación es la que escapa desde la Tierra de vuelta al espacio, lo cual puede ayudar a entender y ver evolución del equilibrio entre la energía que el planeta recibe y emite, una misión interesante para determinar si efectivamente hay o no calentamiento global.
NOAA por su su parte considera la posición L1 un punto de vista ventajaso para el estudio del clima, pues actualmente las imágenes que se usan para ver el comportamiento de la atmósfera y hacer pronósticos se fabrican en base a satélites de órbita baja, lo cual implica pegar muchas imágenes para obtener un compuesto, en base vistas de pequeñas partes de la superficie a la vez, con las correspondientes demoras.
Naturalmente que el satélite de Gore, que recibió el apodo de Goresat, se vio entrampado luego que los republicanos tomaran el poder en EEUU, de manera que el satélite, listo para lanzarse en 2001, fue puesto en almacenaje. El ataque a las Torres Gemelas y la destrucción del transbordador Columbia tampoco ayudaron a subirlo en la lista de prioridades del programa espacial en los tiempos que siguieron.
Prevención de problemas solares
El satélite, originalmente llamado Triana pero hoy conocido como DSCOVR, cuenta con un dispositivo llamado Copa de Faraday, que permite detectar eventos solares significativos y generar alertas con 15 a 60 minutos de anticipación. Esto es importante para la industria satelital cy la sociedad completa:
Aunque la actividad solar habitual no causa problemas en los satélites, hay eventos solares que pueden causar desde pequeños contratiempos en algunos hasta grandes apagones eléctricos en la superficie.
- En marzo de 1989 una de las tormentas solares más fuertes de las que se tiene registro afectó múltiples sistemas satelitales; varios satélites geoestacionarios tuvieron que ser re-orientados y algunos de órbita polar estuvieron horas fuera de control.
- En casos extremos los efectos de una llamarada solar pueden dañar un satélite, afectando su control o comunicación. Dos ejemplos: el satélite canadiense Anik E2 que falló el 20 de octubre de 1994 y el Intelsat 511 que falló el 7 de octubre de 1995.
- El 2003 un evento solar importante causó fallas en sistemas de distribución eléctricos en Sudáfrica y Suecia, además de problemas con GPS a nivel mundial.
El rol de SpaceX
Sin el programa de transbordadores y con una distancia a recorrer de cuatro veces la que hay entre la Tierra y la Luna para llegar hasta L1, la misión es de una gran exigencia técnica. Además de validar a SpaceX como proveedor de transporte espacial de misiones mayores, dicha compañía nuevamente intentará reutilizar el lanzador Falcon 9, haciendo un aterrizaje en una plataforma robótica en el Mar.
Si la misión tiene éxito, implicará una recopilación de datos acerca del Sol y la Tierra sin precedentes para la ciencia, pero además será un hito importante en la cooperación de la industria espacial privada y el el gobierno federal de Estados Unidos. Para SpaceX el desarrollo de un lanzador reutilizable tiene el potencial de abaratar a 1/3 el costo total de poner satélites en el espacio: una variable crítica que puede hacer la diferencia entre el fracaso y el éxito de varios proyectos satelitales en marcha.
Fuentes: Air & Space, Climate Progress, Space.com, NASA.
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