Una de las razones por las cuales se colocan satélites en órbitas geosíncronas es porque simplifica las antenas, que no tienen necesidad de moverse mecánicamente para seguir a los satélites en su traslado por el cielo. El alto costo actual de conectarse a O3b es un buen ejemplo, se requieren hoy dos antenas para ir siguiendo las pasadas, y como son antenas motorizadas y con movimiento de precisón, el precio es alto.
Las antenas de Kymeta en vez de moverse mecánicamente modifican su direccionalidad electrónicamente, permitiendo dos cosas clave:
- seguir el movimiento de un satélite mientras se traslada por el cielo sin necesidad de partes móviles,
- mover la direccionalidad en forma instantánea, haciendo innecesario contar con dos antenas para pasar de un satélite a otro.
Además de una buena relación con O3b, Kymeta firmó el año pasado un acuerdo con Inmarsat para proveer sus antenas a terminales para aeronaves. De esta forma, las antenas de Kymeta podrán estar presentes en el servicio Global Xpress de Inmarsat, asegurando menor peso, tamaño y consumo al no tener que moverse físicamente para seguir los satélites de la constelación I-5.
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