Como muchos lectores saben, existe un fuerte control en EEUU respecto de cooperar en el ámbito espacial con China. Pero "la necesidad tiene cara de hereje".
Debido a que el Departamento de Defensa no cuenta actualmente con la infraestructura suficiente, el Pentágono hace uso de un satélite comercial chino.
El controvertido acuerdo acaba de ser renovado; el satélite Apstar-7 satellite continuará entregando conectividad en África durante un año, por un poco más de US$10 millones, a través de Harris CapRock Communications, una empresa intermediaria. El Estado de China es dueño de un 40% de APT, la empresa dueña del satélite.
Los defensores de esta curiosa solución han asegurado que todas las comunicaciones se encuentran debidamente encriptadas, y que China no tiene acceso a la información que pasa por el satélite. Los críticos señalan que China podría "apagar nuestros ojos y oídos" cuando se le plazca.
Más detalles en Bloomberg / Tony Capaccio.
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