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  • Un satélite de SES está fuera de control y podría estar desarmándose en órbita

    La compañía SES perdió contacto y control del satélite AMC-9 hace algunos días. Desde entonces, el satélite ha estado derivando lentamente hacia el oeste, girando sobre si mismo y se han observado objetos cercanos, que podrían ser partes desprendidas.

    El satélite geoestacionario, cuya posición de trabajo era 83 grados Oeste sobre las Américas, dejó de prestar servicios de manera inesperada en banda C y Ku el 17 de junio, por lo cual SES debió transferir sus usuarios a otros satélites.

    En una declaración del 19 de junio, SES expresó no saber si el AMC-9 podría restablecer sus servicios. El satélite tiene 14 años y fue construido para una vida útil de 15 por Thales Alenia Space.

    Hoy en la mañana, la compañía basada en Luxemburgo emitió una nueva declaración, señalando que ha restablecido "contacto" con el satélite, y que se encuentra trabajando junto a su fabricante para determinar un curso de acción. Esto probablemente implica intentar restablecer algún nivel de control para llevar el satélite a una órbita cementerio y vaciarlo de su combustible y energía.

    La declaración también informa que los sistemas de radio del AMC-9 no están causando interferencia, que el operador está en comunicación con otros operadores y agencias sobre la situación, y que no existiría riesgo de colisión con otros satélites.

    La compañía ExoAnalytic, que usa más de un centenar de telescopios para hacer seguimiento de recursos en órbita, dice haber observado varias piezas desprenderse del satélite, y estar siguiendo al menos una de ellas. Este video, generado por ExoAnalytic y publiado por Ars Technica, muestra la condición el AMC-9 hace un par de días:



    Existen aproximadamente 500 satélites activos y otros 1500 inactivos en el anillo geoestacionario, una zona orbital altamente deseable porque permite que las antenas en tierra puedan apuntar de manera fija a satélites ubicados en dicha zona. Por lo mismo, el riesgo de colisión es un tema a considerar.

    En la película de ficción Gravity, se retrata una situación hipotética conocida como el "síndrome de Kessler", donde una colisión en órbita genera fragmentos que chocan con otros satélites, lo cual a su vez genera más fragmentos, causando una reacción creciente en cadena. La probabilidad de que suceda el síndrome de Kessler es muy es baja, pero no es cero. Esta es la razón por la cual se ha puesto tanto énfasis en los últimos años en el tema de la chatarra espacial, y tras este incidente probablemente el énfasis será todavía mayor.

    No se conoce todavía el origen de lo ocurrido, pero se consideran varias teorías. Lo más probable es que que el AMC-9 haya sufrido alguna falla interna que generó una explosión, impulsando el satélite hacia el oeste, haciéndolo girar sobre si mismo y causando desprendimiento de partes. El problema podría haber sido generado por una falla de fabricación, el clima espacial o el impacto de chatarra o un meteroide. Hasta ahora hay señal alguna de que pudiera tratarse de sabotaje o ataque de premeditado de terceros.

    El paso siguiente para SES será intentar modificar su órbita hacia una altura segura. Los satélites en órbita geoestacionaria normalmente se levantan unos 200km más arriba al finalizar su vida útil, para disminuir la probabilidad de colisión con satélites en servicio. Esto presenta un desafío para SES, ya que un satélite girando sobre si mismo normalmente solo mantiene contacto radial cuando sus antenas apuntan a la Tierra, lo cual ocurre durante breves lapsos.

    Si bien el evento es inusual, caro para SES e incómodo para algunos de sus clientes, la velocidad con la cual la compañía ha reaccionado reponiendo los servicios usando otros satélites y la transparencia con la cual ha dado a conocer lo sucedido muestra cómo la industria satelital está bastante bien preparada para tratar este tipo de situaciones. No es la primera ni será la última vez que un satélite comercial falle, entonces lo ocurrido aporta tranquilidad y no pánico en la industria.

    Fuentes: Space Intel, Space News, Ars Technica.