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  • El satélite que ha llegado más lejos encendió sus motores 37 años después de su lanzamiento

    Es el artefacto humano que más lejos ha llegado en el universo. Lanzado en 1977, la Voyager 1 cruzó los límites del sistema solar, donde la influencia del sol ya no llega, e ingresó a una zona del cosmos a la que los astrónomos denominan el espacio interestelar. Es la única nave que ha logrado esta proeza.

    Llamarle satélite es un poco forzado, ya que su órbita ha sido modificada reiteradamente de manera que se aleja de nuestro sistema solar.

    El pasado miércoles, por primera vez en 37 años, NASA reactivó uno de sus impulsores, para así re-orientar la sonda y lograr que su antena principal de alta ganancia apuntara directamente a la Tierra, según informó la agencia espacial.

    Después de casi cuatro décadas en el espacio, la nave estaba perdiendo contacto con nuestro planeta, por lo que era necesario modificar la orientación de la sonda y que así sus antenas volvieran a “mirar” hacia la Tierra, permitiendo una mejor comunicación.

    La situación fue resuelta por cuatro especialistas del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa (JLP, su sigla en inglés), que lograron activar estos propulsores “dormidos” desde hace 37 años.

    Estos instrumentos funcionan lanzando pequeñas llamaradas de fuego que duran apenas unos milisegundos, que son los que impulsan la sonda y le permiten variar su orientación.

    NASA señaló a través de un comunicado que la delicada maniobra es equivalente a “arrancar un auto que ha permanecido en el garaje durante décadas”, por lo que, según reconoció la agencia, no se sabía si los propulsores responderían.

    Según relata el sitio web del Laboratorio de Propulsión a Chorro, el equipo esperó una respuesta de la nave, “la que demoró 19 horas y 35 minutos en llegar a una antena en Goldstone, California”, que probó el éxito de la maniobra.

    Tras la exitosa prueba, los expertos de NASA estiman que la nave podría seguir en contacto con el planeta al menos por unos dos a tres años más.

    “Con estos propulsores aún funcionales, después de 37 años sin haber sido usados, seremos capaces de extender la vida de la sonda Voyager 1 entre dos y tres años más”, declaró la actual responsable del programa Voyager, Suzanne Dodd.

    Fuente: La Tercera.