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  • Voluntarios intentan revivir sonda abandonada por NASA y evitar que se estrelle en la Luna

    A principios de marzo, radioaficionados detectaron señales provenientes del NASA deep space probe ICE (International Cometary Explorer), a través del radiotelescopio del observatorio Bochum, en Alemania. 

    La sonda ha sido abandonada por la NASA, que no cuenta con equipamiento operativo para enviarle comandos, más de 35 años después de su lannzamiento.

    La señal logró ser identificada con certeza gracias a su posición en el cielo y el desplazamiento de frecuencia por efecto Doppler debido a su trayectoria.

    Lo que siguió a la detección de marzo es una extraordinaria carrera por reunir los permisos y recursos suficientes para comunicarse con la sonda, con la finalidad de controlarla. Un equipo de "científicos ciudadanos" voluntarios espera poder contactar, reactivar y tomar el control de la sonda espacial, en parte simplemente por el gusto de intentarlo, y en parte también porque sus instrumentos todavía podrían ser útiles para reunir información y hacer ciencia. Otra buena razón es que el satélite podría causar daño a satélites en servicio si su órbita intersecta la de la Tierra.

    El esfuerzo ha impresionado a la prensa, a la comunidad científica y a la misma NASA, que encargó a su área legal preparar la documentación correspondiente para ceder a los voluntarios control total del satélite.

    Nadie sabe con certeza si el ISEE-3 todavía tiene la capacidad de disparar sus impulsores y usar sus instrumentos, pero si todo resulta bien, el plan es sacarlo de su órbita solar y aprovechar su paso cercano a la Luna para frenarlo hasta dejarlo en una órbita terrestre.

    Un hito fundamental tendría lugar en los próximos días, desde el gigantesco radiotelescopio en Arecibo, Puerto Rico. Gracias a un transmisor donado y software de radio que ha sido preparado especialmente, se emitirán señales compatibles con el sistema de recepción del ISEE-3. El equipo está inslatando y probando el sistema de transmisión, y una vez que eso quede funcionando podrán hacer uso de él a control remoto, desde cualquier lugar del mundo.

    Los comandos que serán enviados desde Arecibo tienen la finalidad de activar el modo de ingeniería de la sonda. La información resultante, que será monitoreada por múltiples antenas en tierra, será utilizada para preparar otra serie de comandos que deberían encender el impulsor y así realizar el cambio de órbita.

    La capacidad de comunicarse ya estaría operativa, pero esperan que se termine de gestionar el permiso correspondiente de NASA, ya que la sonda le pertenece al gobierno de EEUU.

    Otros radiotelescopios se han sumado para la recepción, de manera que la información enviada por la sonda una vez activado su modo de ingeniería se pueda recibir durante más tiempo que el posible solamente desde Arecibo.

    Las últimas mediciones han mostrado que la sonda está desviada de su posición esperada y podría impactar con la Luna, lo cual incrementa la urgencia por controlarla y ponerla en un nuevo curso. Para ello, es fundamental calcular con gran precisión su vector actual y el impulso necesario para modificar su trayectoria hasta la deseada.

    El equipo de voluntarios ha usado ahorros y contraído deudas personales para llevar a cabo este proyecto, que irónicamente incluirá arrendar instalaciones de NASA para poder determinar con precisión la trayectoria de la sonda. Reunieron un total de US$159502, a través de Rockethub. Probablemente seguirán pidiendo donaciones para la operación del satélite, una vez que logran tomar el control de él.

    La sonda International Sun-Earth Explorer 3 (ISEE-3) fue lanzado en 1978 y se transformó en la primera nave espacial en orbitar el punto Lagrange L1 del sistema Tierra-Sol. Fue además la primera nave espacial en detectar el "viento solar" de partículas cargadas eléctricamente que viaja en dirección a la Tierra. En 1982 su nombre cambió a “International Cometary Explorer” (ICE) y fue desplazado hacia la Luna, cuya fuerza gravitacional instaló la sonda en una órbita heliocéntrica. En 1985 se utilizó para visitar la cola del cometa Giacobini-Zinner y en en 1986 para observar al cometa de Halley.

    Fuentes: Space College, ISEE-3 Reboot Project, blog de Dennis Wingo, IEEE Spectrum, Amsat-UK y CBS News.